Diez kilómetros se convirtieron en la distancia del horror para un niño de 10 años. El trayecto separaba a su hogar de la casa de un amigo de su familia, que le hizo conocer el infierno.

E. R. C. B., soltero de 36 años, aprovechó la cercanía con sus padres para acceder al niño, abusar de él y grabarlo en un video.
Pero él mismo marcó su suerte al compartirlo con alguien que también envió a una persona y todo llegó a manos de la Fiscalía.
“Lo que hicimos fue identificar a la persona que sale en el video, allanar su casa y detenerle”, relató el comisario Abel Cantero. Fue en una casa de una colonia en 
Pedro Juan Caballero
.
El subjefe de Investigación de Delitos de Amambay comentó a Diario EXTRA que él mismo sería quien grabó el material y tiró a ese alguien por WhatsApp.
En la conversación el abusador relataba lo que hizo, el niño fue supresa, y advertía que, además del nene de 10 años, también había otro de 6 al que le puso los ojos encima. Era un depredador sexual de chicos.

Ofrecía plata
Además, E. se jactaba también de ofrecer dinero a sus víctimas posterior al abuso. Al ser detenido, no tuvo de otra que admitir todo, pero con un argumento poco creíble. “Dijo que en forma de broma lo hizo”, mencionó el uniformado.
Acotó que cuando los padres del pequeño se enteraron de todo, dijeron que no sabían del hecho, pero admitieron haber recibido raras advertencias.
“Les dijeron es algo como ‘por favor cuídenle más a su hijo, no le hagan llegar más a esa casa, no es buena influencia’. Después ya apareció la denuncia”, indicó Cantero.
El fiscal que lleva la causa es Pablo Zorrilla, quien aseguró que con solo esas pruebas tiene evidencia para llevarle a juicio.
“Lo único que le preocupa ahora es saber si hay más víctimas y establecer si tiene cómplices”, dijo el comisario.
De su vivienda incautaron un celular y cuatro pendrives para peritar y confirmar esto.

Mamá del autor dijo que no sabía
Cantero mencionó que durante la intervención la que más se plagueó fue la mamá de E. “Decía que estábamos ahí por presión o persecución, hasta que uno le contó así crudamente lo que hizo su hijo y le pidió que se calme”, apuntó Abel.